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  • Writer's pictureProf. Cerebrón

Amor a conciencia

El amor es un sentimiento que ha servido de motor para muchas cosas, el amor a una mujer, a un hombre, a una madre o a un buen cigarrillo. Pero ¿un sentimiento puede definirse como algo inmaterial o es posible explicarlo científicamente? Bueno amigos lectores, el amor es química y no lo digo por el cliché, sino que literalmente es química y mucho instinto. Me enfocaré hacia la atracción de una persona hacia otra.


Foto de cottonbro en Pexels

Biológicamente se sabe que hay atracción por el sexo opuesto con el fin de reproducirse y que nuestros genes perduren de generación en generación. Escoger pareja no es cosa fácil, desde el punto de vista instintivo, hombres y mujeres buscan cosas diferentes pero algo en particular: la mejor pareja para criar a sus hijos. La razón por la cual a los hombres nos guste la forma de reloj de arena y los pechos femeninos tiene origen desde la niñez de cuando nos hemos amamantado de nuestra madre (entre otras cosas psicológicas que no voy a profundizar aquí), sin embargo, los pechos de una mujer le dicen al hombre si ella puede alimentar bien a sus hijos. Las caderas, le indican su fertilidad, una mujer con caderas anchas vendría siendo más fértil que una con caderas pequeñas, es decir que tendría mejor espacio donde albergar a sus genes. En el caso de las mujeres, ellas le prestan atención a la forma de cono de un hombre, es decir hombros anchos y caderas esbeltas. Los hombros indicarían protección y fortaleza, al igual que las piernas, brazos y tanto vello facial como el vello corporal. Muestra que el hombre tiene genes fuertes y le daría a ella un hijo sano. Estas apariencias físicas las vemos cuando entramos a la pubertad, cuando todas nuestras hormonas se activan desatando cambios químicos en todo nuestro cuerpo, desde su forma hasta nuestro pensamiento. Es bien sabido que a muchas personas quizá no les guste el vello facial o bien que a otras no les gusten las caderas muy grandes, eso no quiere decir que vayan en contra de lo que biológicamente está “estipulado” (o en contra de Esparta) sino que son variaciones al modelo “ideal” con base en los cambios básicos de la pubertad. Dado que el humano es un ser más complejo, en lo que a la psicología respecta, debido a su desarrollo desde la niñez ha desarrollado gustos hacia algunas otras características como personalidad, actitud, aptitud, color, forma, afinidades, etc. Muchas veces esas características suelen ser reflejo total de la persona del sexo opuesto más cercano, como un familiar, o bien exactamente lo contrario. Ese tema es muy interesante pero lo dejaré hasta aquí ya que no soy especialista en teorías psicológicas. Sin embargo, hasta cierto punto se sigue el mismo patrón de buscar pareja ideal para nosotros. Un hombre podría fertilizar muchas mujeres en un solo día, libera millones de espermatozoides en cada eyaculación y sus testículos pueden generar más en cuestión de horas, lo que nos lleva a definir que el hombre siempre tiene competencia. Los hombres buscan fertilizar lo más posible, es por eso que suelen ser más promiscuos o que sean más lujuriosos. Las mujeres en cambio sólo pueden ser fertilizadas una vez en nueve meses ya que sus ovarios solo producen un óvulo a la vez, es decir, ellas tienen que elegir cuál de todos esos hombres ansiosos es el bueno. Ellas no pueden darse el lujo de equivocarse con el macho no ideal y es por eso que son difíciles de seducir. En pocas palabras, ellos ven oportunidades, ellas ven consecuencias. Esto que acabo de describir es totalmente desde un punto de vista biológico tomando en cuenta al humano como un animal instintivo, obviamente el juego de la seducción, el elegir pareja y fertilización es mucho más complejo. Hasta ahora he descrito lo que es la atracción física que no es amor como tal pero, la lujuria es el primer paso hacia ese sentimiento. Es decir, el contacto físico, besos, caricias, pensamientos sexuales, masturbación y sexo nos llevan a la fiesta hormonal más divertida de nuestro cerebro. Y si desde la atracción física ya nuestro cerebro había segregado endorfinas y hormonas, con la lujuria se disparan.


Cuando uno está enamorado, uno se vuelve medio loco y en parte es cierto. Resulta que desde la atracción física, pasando por la lujuria y la atracción verbal se segrega la dopamina. Este neurotransmisor es una hormona que nos hace sentir bien, la segregamos cuando bebemos café y cuando comemos chocolate, pero sus niveles máximos se alcanzan al estar enamorados. De hecho el cerebro enamorado se comporta muy similar a uno bajo los efectos de la cocaína. Te hace sentir bien y es la causante del comportamiento obsesivo y eufórico. Pero la dopamina no va sola, suele estar acompañada de la noradrenalina. Esta hormona es la encargada que nos sintamos emocionados por ver o al estar con esa persona, ya saben pupilas dilatadas, ritmo cardiaco acelerado, nerviosismo, etc. Gracias a que estas dos hormonas están envenenando nuestro cerebro, los niveles de serotonina disminuyen. La serotonina es la hormona que se encarga de darnos sueño, relajarnos e inhibe la ira. Después del orgasmo esta hormona se segrega nuevamente y sentimos cansancia. Por otro lado, cuando a uno le rompen el corazón alcanza niveles altos y por eso siempre nos sentimos extenuados. Es decir, nuestro cerebro al estar enamorado está nadando en hormonas que te hacen sentir bien y te vuelven loco ya que los receptores neuronales están saturados y trabajan a la perfección.


Es ese sentimiento de que uno lo puede todo y es invencible, como dice la representación de Ernest Hemingway en “Media noche en París”: le pierdes el miedo a la muerte. De hecho trabajan tan bien los receptores que uno hace sinapsis más rápido y las capacidades de aprender y relacionarse mejoran notablemente. Amamos estar enamorados no sólo por el sentimiento de placer, sino también porque nuestro cerebro funciona mejor, ponemos mejor atención y memorizamos más fácilmente. La oxitocina finalmente es la que cierra esa cadena amorosa, esta hormona provoca que uno sea más generoso, cariñoso y leal. La oxitocina es la hormona que controla esos niveles de dopamina, es cuando en una relación amas a la otra persona no sólo porque te hace sentir bien sino que también la valoras por cómo es, es cuando dos personas se mantienen en buen estado sin necesidad del toque sexual. Esta hormona es la causante que haya amor entre los padres e hijos sin necesidad de atracción sexual. Básicamente es el último pegamento en una relación.


En las relaciones amorosas se llega a un estado de estabilización, en donde tu cerebro no tiene por qué estar inmerso en hormonas que te drogan, y eso no quiere decir que se haya acabado el amor, sino que las dosis en las que se segregan las antes mencionadas se van dando a cuenta gotas. Es por eso que muchas personas duran poco con sus parejas o basan sus relaciones en sexo. Ya que no son capaces de mantener esos estables y requieren de disparos de hormonas para mantenerse felices y bien. Otras parejas por el contrario duran muchos años, ya que han madurado y adaptado su modus vivendi a la otra persona, conociéndose mutuamente y tolerándose.


El amor es muy complejo, hasta ahora solo he explicado la atracción física y un poco de lo que pasa cuando se está enamorado. No obstante, es más profundo ya que otros factores como el olor, la textura y el sabor, entre otras, influyen muchísimo en escoger una pareja. También hasta ahora solo hice énfasis en la atracción hombre-mujer, sin embargo la atracción por alguien del mismo sexo es algo diferente ya que hay patrones distintos y desgraciadamente por tabúes son poco estudiados. Pero, coinciden en la segregación de hormonas y esa drogadicción de nuestros cerebros. El amor homosexual es tan natural como el amor heterosexual.


Al explicar al amor desde el punto de vista biológico y que es de cierta forma una manera esencial de cómo nuestro cuerpo lucha para que nuestros genes sigan existiendo, provoca que mucha gente se desilusione, lo vea poco romántico y sin magia. Pero ahí es donde tienen que abrir la mente, el amor es tan profundo que al estar totalmente dominado por reacciones químicas provoca que el humano haya sido muy creativo. Ser romántico es un reflejo de la creatividad del humano hacia la seducción y a hacer cosas que impresionarían como mantenerse despierto una noche por esa persona, ir a un lugar desconocido, escribir poemas, hacer sacrificios y demás locuras que hacemos por esa persona especial. También, la pasión por nuestro trabajo ayuda a segregar dopamina y oxitocina, es decir que en verdad también nos enamoramos de lo que hacemos. Como ven, el amor es el motor que mueve al mundo, muchos descubrimientos y desarrollos se han llevado a cabo por el amor a mejorar las cosas, a descubrir más o bien por satisfacer a otra persona. Definitivamente el amor humano no puede ser dividido en las características psicológicas y las biológicas, van unidas ya que unas dependen de las otras y viceversa. Gracias cerebro por darnos amor.


Y como siempre gracias por leerme.

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