La química ha ido de la mano de la humanidad a lo largo de su historia y su desarrollo, y antes era llamada alquimia o brujería. En cada cultura había un médico curandero, o bien el brujo chamán que aplicaba vapores, inciensos y ungüentos, entre otras cosas, para sanar a sus pacientes. Estas sustancias de uso médico eran algunos analgésicos naturales, bastante fuertes. Esto no es tan diferente a lo que vemos actualmente en algunas culturas exóticas con sus rituales, pero la medicina moderna ha tenido que usar sustancias similares que en este momento son consideradas ilegales como uso particular. Antes, sustancias como la cocaína, heroína, opio, cannabis, escopolamina, por sugerir las más populares, eran drogas que podías ir a comprar a cualquier farmacia, o bien, droguería.
Empezaré con el opio. Las sustancias opioides se encuentran en plantas llamadas adorminera, un ejemplo muy bonito es la flor de amapola. Después de la flor viene el fruto, el cual tiene gran cantidad de sustancias alcaloides (sustancias producidas en las plantas a partir de aminoácidos) de las cuales se puede extraer el opio, la morfina o la codeína. Las sustancias opioides en nuestro cuerpo llegan a ser la función de analgésicos y calmantes ya que son depresoras del sistema nervioso. Desde el antiguo Egipto se usaba para eso, y civilizaciones como los griegos (que le llamaban “sueño sanador”), persas, chinos, turcos y europeos lo usaban para tratamientos analgésicos. Pero las sustancias opioides son muy adictivas, tanto que los fumaderos chinos estaban abarrotados, además de que la gente prefería invertir su dinero y su tiempo en consumir el opio que en comer o cuidar a su familia. Su uso comercial en el siglo XIX fue tan grande que hasta hubo conflictos por el tráfico entre Gran Bretaña y China por esta sustancia. Medicinas muy usadas en el mundo occidental contenían opio (en inglés le llegaron a llamar “la medicina propia de Dios”) y se daban en pocas cantidades para calmantes para niños, controladores de histeria, tratamiento contra el asma, jarabes para la tos y relajantes musculares. Por supuesto estas medicinas fueron eventualmente suspendidas del mercado como tal. Sin embargo, podemos seguir teniendo acceso a sustancias opioides como la morfina en muchos centros de salud y hospitales, también hay a la venta tés de amapola como relajantes, y en la cocina se usa mucho la semilla de amapola como fuente de antioxidantes y vitamina B.
De las sustancias opioides se puede extraer y sintetizar la heroína. Esta fue sintetizada por Bayer para sustituir a la morfina y usarse como jarabe para la tos de los niños, pero fue grande la sorpresa al ver que la heroína se transformaba en morfina en el hígado y creaba la adicción intensa de los pacientes. Niños adictos al jarabe para la tos. Al ver estos efectos obviamente se suspendió su producción en 1913, pero la droga ya estaba en el mercado y su síntesis ya era bien conocida. Esto no quiere decir que no se use o que solo se use en ambientes clandestinos y llenos de jóvenes escoceses adictos, la razón por la cual se sigue sintetizando es porque algunos hospitales en ciertos países la siguen consumiendo como sustituto de la morfina y en tratamientos especializados o de prueba.
La cocaína (benzoilmetilecgonina), por su parte, ha sido de las más usadas y actualmente se sigue usando en algunos países como medicamento, pero en forma diferente. La hoja de la planta de coca se usa desde hace mucho tiempo en los países andinos en forma de té, o simplemente se mastica para soportar la gran altura de sus poblados y las inclemencias del clima. La cocaína y otros alcaloides se encuentran en esta planta y a pesar de que son ingeridas masticándola o en infusiones, es tan poca la cantidad que simplemente ayuda como un analgésico y anestésico temporal sin adicción, además que tiene muchos minerales que ayudan de suplemento alimenticio. La cocaína se usó comúnmente como anestésico para dolores de muelas (y cuando a los niños les salían los dientes), garganta, oídos, supresor de hambre y frío, dolores musculares y relajantes.
Fue tan popular como medicina en el siglo XIX que incluso Sir Conan Doyle menciona que Sherlock Holmes se inyectaba una solución de cocaína al 5% para calmar la ansiedad de su cerebro cuando no tenía un caso. Sigmund Freud también realizó pruebas con esta sustancia en sus análisis neuronales. Fue muy usada durante gran parte de los siglos XIX y XX en tónicos terapéuticos, el más famoso es el tónico de vino de coca Vin Mariani, que hasta los Papas llegaron a ingerir. Otro famoso tónico usado con extracto de hojas de coca es la Coca-Cola, la cual debe su nombre a la planta de coca. Al principio contenía cocaína ya que su inventor quería dejar su adicción a la morfina pero se hizo adicto a su propio tónico. Al ver que la Coca-Cola era adictiva por la cocaína supuestamente cambiaron la fórmula agregando más cafeína para sustituir el efecto, sin embargo actualmente la fórmula de la Coca-Cola contiene otros alcaloides extraídos de la hoja de coca.
El cannabis, cáñamo o marihuana, es una planta que ha sido extremadamente usada en la historia de la humanidad, no solo como medicina sino para otras cosas de uso cotidiano. Dentro de todos esos datos curiosos que pueden encontrar algunas páginas de internet, están los más importantes como cuerdas, papel, vestimenta y combustible. Así mismo, como medicina a la fecha se sigue usando, solo que bajo reglamentos y leyes estrictas. La propiedad de que esta planta sea tan buena en medicina es que sus componentes activos, llamados cannabinoides, afectan no solo el sistema nervioso sino que también ciertos receptores específicos en el cerebro. El que está en mayor proporción es el tetrahidrocannabinol. Debido a esto, no solo tiene propiedades analgésicas sino que también psicoactivas. Su uso medicinal ha sido extenso, haciendo función de ungüento para dolores por golpes o torceduras, tratamientos para el asma, migraña, insomnio, Alzheimer, esclerosis múltiple, malestares causados por quimioterapias, cáncer, relajantes mentales, estimuladores de apetito, etc. Hoy en día el uso de esta planta y estas sustancias ha sido de controversia ya que ha sido la causa de varios conflictos por su tráfico y a pesar de ser usada como medicamento especializado, su uso cotidiano es ilegal en ciertos países.
La razón por la cual es ilegal se remonta a la revolución mexicana, y desde ahí ha generado grandes cantidades de dinero y mitos sobre sus efectos. No obstante, su uso debe ser moderado ya que los receptores neuronales pueden verse dañados por su consumo excesivo pero esto aún sigue en debate y en investigación.
Como se puede ver, todas las sustancias que han sido consideradas ilegales, en algún momento era tan común como conseguirlas en la droguería. El peyote con su mezcalina y el beleño blanco (floripondio o burundanga) con su escopolamina, están disponibles en ciertas áreas pero su control es difícil por motivos culturales o sociales. Esto no quiere decir que sean totalmente malas, sino que han sido mal empleadas. Porque a nivel toxicológico y farmacéutico muchas medicinas actuales pueden llegar a ser adictivas o tóxicas, dense el tiempo de leer los efectos secundarios de cada medicina que consumen. De hecho hay gente que se inventa enfermedades con tal de que le suministren analgésicos fuertes ya que se han vuelto adictos a sus efectos. Y hay muchas sustancias de uso normal en la sociedad que son alcaloides como la nicotina o la cafeína y otras sintetizadas con el propósito específico de ser estimulantes como las metanfetaminas (derivada de la efedrina que se usa en antigripales). Por lo tanto, las causas de que estas sustancias se hayan convertido en algo peligroso o ilegal no solo son el mal manejo y uso descontrolado, sino también los efectos que se tienen directamente en el cuerpo. La bioquímica es una disciplina muy compleja y muy interesante y llama la atención como estas plantas sintetizan en su metabolismo estas sustancias. Ahora nos ha tocado como humanos explorar sus efectos y beneficios, pero al mismo tiempo debemos de tener la responsabilidad de cuidarnos a nosotros mismos y no hacer mal uso de ellas.
Como siempre, gracias por leerme.
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