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  • Writer's pictureProf. Cerebrón

Los Nobel 2020 y las mujeres en la ciencia

Uno pensaría que la racionalidad de la que se jacta la ciencia sería motivo para que fuera una disciplina más equitativa en el género. Sin embargo, es notorio que, en comparación con los hombres, pocas mujeres han sido galardonadas o recordadas por sus aportes a la humanidad. No es que las mujeres no fueran inteligentes o no pudieran contribuir con algo, no, para nada; la cosa es que hasta el siglo XX la mayoría (si no es que todos) los estudiantes y profesores en todas las universidades del mundo eran hombres. La ciencia estaba restringida a los hombres. Contadas excepciones de mujeres tenían el privilegio de acercarse al conocimiento y desarrollo científico.

Imaginen los descubrimientos que hubiéramos logrado los humanos de habernos quitado los tapujos machistas desde hace varios siglos. Hombres y mujeres pensando y trabajando por igual para descubrir los misterios del universo y aplicarlos a nuestra vida cotidiana. Sin duda nuestra mente hubiera evolucionado distinto. Pero la historia no pudo ser así y de nada sirve lamentarnos por ese pasado si no aprovechamos las oportunidades que nos da el presente.





En el 2020, tres mujeres han sido premiadas por la Real Academia Sueca de Ciencias con dos premios Nobel en química y una en física. Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier son el primer equipo de mujeres en recibir un premio Nobel de química y son la sexta y séptima que pueden alcanzar este reconocimiento desde 1901. Por su parte, Andres Ghez es la cuarta mujer en recibirlo desde Marie Curie en 1903. Consideren lo siguiente, una mujer fue la primera persona en ganar dos Nobel en dos áreas diferentes y desde entonces, no más de diez mujeres han podido ganarlo en ciencias. Doudna y Charpentier fueron reconocidas por el desarrollo de la herramienta CRISPR-Cas9, en la que con el uso de la enzima Cas9 facilita cortar el ADN y editarlo en animales, plantas y microorganismos. Ghez fue galardonada por sus trabajos sobre agujeros negros.


Es sabido, que muchas mujeres tienen la sensación de que sin importar lo que hagan, su trabajo nunca será reconocido tal y como si fueran hombres. Por lo tanto, es bueno ver este tipo de cambios ya que modifica esa imagen científico eminente y anciano del siglo XIX. Así, se vuelve más común ver mujeres ganando este tipo de premios. Consecuentemente, estos eventos tienen gran impacto, ya que sirven como un mensaje positivo e inspirador a las jóvenes que deseen seguir el camino de la ciencia y mostrarles que las mujeres también tienen importancia a través de la investigación. Se espera entonces, que, al haber más diversidad, el género ya no tenga que ser un tema de conversación.




Ahora bien, mucha gente podrá argumentar que estos premios son moralmente políticos, es decir, que se les da por condescendencia. Pero esto es una forma ignorante de ver las cosas, ya que demuestra que no han leído y comprendido el impacto de estas investigaciones. Por ejemplo, las investigaciones de Charpentier y Doudna dan como resultado un método mucho más económico y sencillo de la edición del ADN. En otras palabras, proyectos que tardaban meses e incluso años pueden hacerse en semanas. Por su parte, Ghez y sus colaboradores, fueron capaces de comprobar las predicciones de que un agujero negro supermasivo (Sagitario A*) se encuentra en el centro de nuestra galaxia de tal forma que dirige el movimiento de las estrellas.




Efectivamente, que tres mujeres sean premiadas con el Nobel en ciencias en un año es consecuencia y producto de las múltiples manifestaciones feministas. Pero no podemos restringirlo a las de últimos años, ya que el movimiento feminista tiene más de un siglo de existencia. Por lo tanto, el hecho de cada mujer que tiene la oportunidad de estudiar ciencias y de alcanzar investigaciones de alta calidad, es decir, hacerse de recursos, es una victoria del discurso feminista. Las semillas de todas aquellas que se han manifestado y exigido sus derechos, igualdades y equidades de una u otra forma, dan estos frutos.


Como experiencia personal, puedo decirles que cada vez más, veo mujeres ingresando a física, química e ingenierías. Esto demuestra la evolución de la sociedad en los tiempos en los que hay muchísima información, comunicación y libertad. Es decir, las generaciones por venir tendrán mayor igualdad de género. Esto tiene consecuencias favorables ya que ahora somos más cerebros pensando al mismo tiempo e interpretando a la realidad de formas distintas.


Dejando un poco el optimismo y siendo más realistas, es cierto que hoy por hoy muchas mujeres siguen enfrentándose a obstáculos en su desarrollo profesional científico. Ganar estos premios Nobel no es suficiente, si no nos comprometemos a darle más seriedad y respeto al trabajo de las mujeres. De hecho, actualmente los puestos de poder y los mejores salarios en las universidades, centros de investigación e institutos siguen siendo en su mayoría de hombres. Y no me malinterpreten, no quiere decir que entonces no debe de haber hombres en esas condiciones. Esto quiere decir que, al haber una mayoría de hombres, entonces estamos rezagando o no valorando el trabajo de las mujeres.


Esto posiblemente sea aun parte de la cultura de la generación en turno. Actualmente dichos puestos o salarios pertenecen -en su mayoría- a personas de más de 50 años. Por lo tanto, es de esperarse que cuando la generación nacida en 1980 tenga dicha edad, veamos a más mujeres en esas condiciones.

Adicionalmente, y con base en la igualdad de género, creo que la cultura de la investigación mejoraría si recompensáramos a los equipos y esto podría resultar en más premios para las integrantes del equipo. Así varias mentalidades, puntos de vista y géneros podrían premiados y recompensados.


Aun nos queda trabajo por hacer. Pero es evidente que poco a poco vamos caminando hacia un mundo más igualitario.


Como siempre, gracias por leerme.

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